Confía en ti mismo, deja atrás los miedo que a nada te han llevado. Comienza con acciones pequeñas para iniciar a confiar en tus habilidades y destrezas, ya que tú eres el dueño de tu camino. Ten en mente que el tiempo va pasando y nunca se va a detener, entonces da origen desde ya a los cambios, recuerda que cada día es una nueva oportunidad para comenzar. Existirán penas y glorias, como en todo, pero está en tus manos cambiar o seguir arrepintiéndote de lo que no has hecho. Y recuerda, lo máximo que te dirán es no, pero de ahora en adelante estas dos letras van a significar algo nuevo: N.O. = Nueva Oportunidad.
¡Si lo piensas, hazlo!, deja de prometerle a las demás personas, prométete a ti mismo que tus acciones tienen un fin, que tal vez no verás los resultados de inmediato pero cada vez que estás avanzando, estás tejiendo y creando tu presente. Ten una rutina con hábitos que te aporten a ti como persona y después como empresario. Recuerda que eres el empresario de tu propia vida, y como toda empresa tienes una misión (la razón de ser, tu esencia) y una visión (lo que desees lograr, la meta, tu sueño. No es ser millonario o viajar, porque esas son las consecuencias de tu sueño hecho realidad, define a dónde quieres llegar y todo será más sencillo) Teniendo una visión de tu vida, tienes muy claro hacia dónde vas y qué es lo que vas a hacer. Recuerda que tus acciones, hacen hábitos. Deja de decirlo y comienza a actuar, el pensamiento sin acción es como pretender hacer un castillo sin colocar la primera piedra.
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