domingo, 30 de julio de 2017

El éxito se basa simplemente en insistir

 Los pensamientos son cosas, cosas muy poderosas cuando se combinan con la exactitud del propósito, la perseverancia y un deseo de convertirlas en riqueza. Cuando usted comience a pensar y ahacerse rico, observará que la riqueza empieza a partir de un estado mental, con un propósito definido, con poco trabajo duro, o sin ninguno. Antes de poder acumular riqueza en abundancia, tenemos que magnetizar nuestra mente con un intenso deseo de riqueza. Hemos de tomar conciencia de la riqueza hasta que el deseo por el dinero nos conduzca a hacer planes definidos para adquirirlo.

Una de las causas más comunes del fracaso es el hábito de abandonar cuando uno se ve presa de una frustración temporal. Cada persona que vence debe estar dispuesta a quemar sus naves y eliminar todas las posibilidades de dar marcha atrás. Solo así puede tener la seguridad de mantener ese estado mental conocido como un deseo ardiente de ganar, esencial para el éxito. La falta de perseverancia es una de las grandes causas del fracaso
Quienes han cultivado el hábito de la perseverancia parecen disfrutar de una especie de seguro contra el fracaso. No importa las veces que se vean derrotados; siempre terminarán por subir el último peldaño de la escalera.




Eres el empresario de tu propia vida

Confía en ti mismo, deja atrás los miedo que a nada te han llevado. Comienza con acciones pequeñas para iniciar a confiar en tus habilidades y destrezas, ya que tú eres el dueño de tu camino. Ten en mente que el tiempo va pasando y nunca se va a detener, entonces da origen desde ya a los cambios, recuerda que cada día es una nueva oportunidad para comenzar. Existirán penas y glorias, como en todo, pero está en tus manos cambiar o seguir arrepintiéndote de lo que no has hecho. Y recuerda, lo máximo que te dirán es no, pero de ahora en adelante estas dos letras van a significar algo nuevo: N.O. = Nueva Oportunidad.

¡Si lo piensas, hazlo!, deja de prometerle a las demás personas, prométete a ti mismo que tus acciones tienen un fin, que tal vez no verás los resultados de inmediato pero cada vez que estás avanzando, estás tejiendo y creando tu presente. Ten una rutina con hábitos que te aporten a ti como persona y después como empresario. Recuerda que eres el empresario de tu propia vida, y como toda empresa tienes una misión (la razón de ser, tu esencia) y una visión (lo que desees lograr, la meta, tu sueño. No es ser millonario o viajar, porque esas son las  consecuencias de tu sueño hecho realidad, define a dónde quieres llegar y todo será más sencillo) Teniendo una visión de tu vida, tienes muy claro hacia dónde vas y qué es lo que vas a hacer. Recuerda que tus acciones, hacen hábitos. Deja de decirlo y comienza a actuar, el pensamiento sin acción es como pretender hacer un castillo sin colocar la primera piedra.